Lando Norris ha hecho historia en el Principado al convertirse en el 38.º piloto en ganar el prestigioso Gran Premio de Mónaco. Pero más allá del triunfo, el piloto británico dejó un mensaje contundente: ha llegado para pelear por el campeonato y no para ser segundo de nadie.

Tras años de ser considerado un piloto prometedor pero sin la “mentalidad de ganador” de los grandes campeones, Norris respondió en el escenario más icónico del calendario con una actuación impecable. Desde la pole hasta la bandera a cuadros, lideró cada vuelta con sangre fría, conteniendo a Charles Leclerc, el héroe local, y a su propio compañero y líder del campeonato, Oscar Piastri.

La victoria no solo fue emocional: tiene implicaciones directas en el campeonato. Norris suma ahora dos triunfos en la temporada y se acerca peligrosamente a Piastri en la clasificación de pilotos. Su actuación también ayuda a McLaren a consolidar su liderato en constructores, algo impensable hace apenas un año.

Con este triunfo, Norris no solo suma su nombre a una lista legendaria de vencedores en Montecarlo —como Ayrton Senna, Alain Prost o Lewis Hamilton—, sino que se consagra como un contendiente legítimo al título. Lo que antes era potencial, ahora es realidad.